LA MITAD DE MI VIDA

La daga atravesó
desde mi pecho hasta el corazón,
la sangre corrió sin miedo
y mi vida se fue extinguiendo;
cada latido era mas lento
cada respiración mas dolorosa.

La sangre no para,
cada gota me anuncia
la inminente llegada de la muerte,
camino en silencio,
camino encorvada;
he prometido no llorar,
pero mis lágrimas
caen sin reparo
sobre mis mejillas,
he prometido, además,
no cerrar los ojos
pero no puedo evitarlo,
mi vida se extingue lentamente
y no puedo evitarlo.

Toma mi mano,
me mira fijamente,
jura que nunca
fue su intención,
pero sus manos se tintan
de sangre;
mientras atraviesa
con lentitud la daga en mi pecho…

Llega mi ultimo aliento
prometo sonreír,
pero me queda imposible;
miro al cielo…
a llegado mi hora,
se corta mi respiración,
se detiene mi corazón,
ya no tengo miedo…
y en un momento,
ya todo se encuentra oscuro.

Se retira sin reparo,
de este cuerpo extinto,
de este corazón desgarrado,
y de este pecho abierto,
me deja estendida en la acera
y se aleja con sus manos
tintadas de sangre,
la daga se queda muy adentro
de mi pecho…
nadie podrá retirarla.

Ahora vuelvo a respirar
la sangre sigue fluyendo,
y él sigue caminado
hacia un destino nuevo;
mi cuerpo casi descompuesto
camina entre los vivos,
esperando algún día
fallecer por completo,
mientras mi sayón,
camina sin reparo
con la mitad de mi vida
en sus manos.