YO SOY LA MUERTE

Soy la madre de la soledad
y hermano del silencio,
confidente de la noche
y amante de los sueños.

No tengo atadura alguna
ni cadena que me detenga,
no se de la justicia del hombre
ni de lo que sienten,
no soy su mejor amiga
pero tampoco su pesadilla.

No tengo rostro,
porque no me es necesario,
tomo la forma que ellos quieren
para que no teman dormir en mi regazo.

Duermo
cuando la noche y el sol duermen
descanso
cuando el hombre descansa
y vivo
cuando me encuentro a tu lado.

De los mil nombres que tengo
ninguno importa,
son mis pasos tan aterradores
que ninguno me ignora.

Me temes, lo sé,
¡soy negra y vil!
así como me has llamado,
aunque no se que signifique
aun te sigo esperando.

Corre de mí, temeroso humano
que no importa,
yo te espero siempre
para arrullarte en mí regazo.

Canción de cuna
siempre escucharas
cuando mi llegada
anunciada esté.

Soy tu mayor miedo,
pero eso no importa
teme en realidad
de los que conmigo no se van,
no me temas,
te lo ruego
que como una madre
te cuidare.

Siempre te espero
mi querido humano,
frente al atardecer,
para que no sientas
temor alguno
y no recuerdes que te han odiado.