2007/11/03

EL LADO DE TU CAMA

¿Por qué te fuiste?
¿Por qué me dejaste…?
Ahora tu lado de la cama
Está siempre tibio;
mi cuerpo te extraña,
me siento sola,
te fuiste y tibiaste
mi corazón,
mi alma
y tu lado de la cama।

Siempre, siempre tibio
y cada vez
que uno de mis amantes
se marcha,
pongo mi mejilla
en el lugar que era tuyo
y que él ocupó,
y siempre es igual:
se ha quedado tibio
y congelado, como mi corazón।

¿Por qué tenias que dejarme?
¿Por qué ese día?
¿Por qué a esa hora?
¿Por qué en ese instante?
¿Por qué? ¿Por qué?

Me dejaste a tu manera:
en silencio, tranquilamente,
plasmando la tibieza
de tu cuerpo en aquella cama
y en aquel colchón…
¡Maldigo ese colchón,
esa cama,
la tibieza de tu cuerpo,
tu partida, ese día,
esa hora, ese instante,
y tu lado de la cama!

Y aun así, siempre…
Vengo a visitarte
y toco lo que
me quedó de ti,
pongo mi mejilla
sobre lo que hoy
es tu nueva cama,
y la tibieza de tu cuerpo
sigue ahí…

la que me hace extrañarte
y jamás olvidarte;
la que me impide amar
y algún día pretendo odiar,
pero por ahora
la que busco y aprecio,
por ser lo único
que me quedó de ti।

“La mujer se paró de la tumba de su amante
y abandonó lentamente el cementerio,
con la mirada fría y el corazón congelado,
mientras las hojas de otoño caían encima
de los tibios cuerpos de los muertos”

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