
“tengo miedo”
decía el niño,
“no debes temer”
decía la madre,
lágrimas corren
en la esquina de aquel viejo hogar,
mientras el soldadito
de plástico no quiere luchar.
“¡silencio!”
gritó un hombre,
“que los muertos
han vuelto ha bailar”.
“es la noche... despierten ya,
los que dormidos están”
gritó el soldado armado
“¡que la sangre corra!”
siguió gritando
“y que la muerte comience a cantar,
pues ha llegado,
la hora de bailar “
El niño y la madre
se han unido ya,
al baile eterno
de los que sin vida están.
“¡Hagan todos, silencio!”
gritaron las escopetas,
“Que así la canción
se baila mejor”.
Las velas se apagan,
el silencio ha regresado,
ya no corren las lágrimas,
corre la sangre,
mientras los muertos están,
bailando con la muerte
y el soldadito que no quiso luchar.
Entre mudos, sordos y ciegos
bailan los muertos
baila la sangre
bailan el niño y la madre
la danza de un sueño eterno
del cual jamás podrán despertar.
Únanse todos
a este eterno baile,
la muerte los invita,
el soldadito de plástico los invita,
y sobre todo
las escopetas los invitan.
¡A bailar!
¡A bailar! ¡A bailar!
¡A bailar…!
“¡es tiempo de bailar!”
decía el niño,
“no debes temer”
decía la madre,
lágrimas corren
en la esquina de aquel viejo hogar,
mientras el soldadito
de plástico no quiere luchar.
“¡silencio!”
gritó un hombre,
“que los muertos
han vuelto ha bailar”.
“es la noche... despierten ya,
los que dormidos están”
gritó el soldado armado
“¡que la sangre corra!”
siguió gritando
“y que la muerte comience a cantar,
pues ha llegado,
la hora de bailar “
El niño y la madre
se han unido ya,
al baile eterno
de los que sin vida están.
“¡Hagan todos, silencio!”
gritaron las escopetas,
“Que así la canción
se baila mejor”.
Las velas se apagan,
el silencio ha regresado,
ya no corren las lágrimas,
corre la sangre,
mientras los muertos están,
bailando con la muerte
y el soldadito que no quiso luchar.
Entre mudos, sordos y ciegos
bailan los muertos
baila la sangre
bailan el niño y la madre
la danza de un sueño eterno
del cual jamás podrán despertar.
Únanse todos
a este eterno baile,
la muerte los invita,
el soldadito de plástico los invita,
y sobre todo
las escopetas los invitan.
¡A bailar!
¡A bailar! ¡A bailar!
¡A bailar…!
“¡es tiempo de bailar!”
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