LA IRONÍA DEL OCASO

Tomarás mis manos
y me engañarás como ayer,
pasarás por mi lado
y me ahogarás
con tu nueva sombra.

Besarás mis labios y mi cuello,
quemándome la piel
con cada palabra falsa,
y con cada mentira nueva.

Acariciarás todo mí cuerpo,
pellizcándolo
todo el tiempo,
comprobando si tal tonta
esta despierta.

Me mirarás a los ojos
con una ternura inventada,
e iremos juntos
al lado del fuego,
y tu, me abrazarás
como si aun me amaras.

Buscaremos juntos el calor
de la chimenea,
pero ni siquiera esta,
calentará,
el frío que produce
tu cruel ser.

Te mantendrás distante
y tu mirada pertenecerá
al agonizante sol,
conservarás un silencio
escalofriante,
y para evitar mí angustia
acariciarás con afecto
mi mejilla.

Me volverás a regalar
un bello beso compasivo,
y con simpatía
negarás mi petición
de quedarte esta noche.
Fingiendo… claro…
que el cansancio,
es parte de tu cuerpo,
evitando así,
reírte de esta tonta,
que aun te observa
con amor.

Iremos juntos
a la puerta,
y yo, con la franqueza
que aun me queda
acariciaré con suavidad,
tú seco y frío rostro,
mientras este
se irá desapareciendo
junto con los últimos
rayos del sol.

Por última vez,
volveré a verte a los ojos
y con la sinceridad
que siempre nos falto,
te diré:
“he permitido
que jugaras conmigo,
que me engañaras,
que me mintieras,
que tu nueva sombra
te agradara más que yo,
Y que te burlaras de mi inocencia…”

Tú, con temor,
tratarás de silenciar
mis labios,
buscarás la manera
de que mi sinceridad
no siga su curso,
y por último,
me insinuarás
que el tiempo es corto,
que mi vida no es de tu agrado
y que mis pesadillas
no pueden ser más tus sueños.
Te despedirás,
Junto con los últimos
rayos del sol,
mientras que,
con la luna
te reirás
de lo torpe que soy,
y celebrarás
con tu nueva sombra,
tu nuevo amor.
Mientras que esta
tonto, torpe e inocente
pedazo de mujer
se queda junto al fuego
buscando un calor
que el ocaso
se llevo…