Jaula de oro
puerta de plata
y llave de bronce;
sueños perdidos
y esperanzas golpeadas;
amores venenosos,
castidades robadas
y mariposas enterradas.
Alas cortadas
Y cadenas alargadas,
las mariposas gritan
en silencios mudos
las palabras dolorosas
de una realidad despiadada.
Revoloteando y chocando
contra el cristal,
las mariposas
esperan ser vistas
por aquellos que las amaban;
mientras los callados
y alejados
solo esperan llorarla
sobre su lapida.
Amores malditos
que nuca serán
un cuento de hadas,
mientras las alas disecadas
de las mariposas
decoran el cristal de una jaula.
Mariposas sin príncipes,
sin flore, ni colores;
atrapadas y expuestas
en las vitrinas frías
de un recolector
consagrado.
Mariposas libres
Y atrapadas,
por redes imaginarias
de un débil e inseguro
coleccionista,
que gusta de cortarle las alas
y dejarlas morir sin su magia.
Pues quien corta y encierra
una mariposa,
no la ama por su libertad
si no por su fragilidad
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